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Los turistas que visiten Cataluña tendrán limitado el consumo de agua

Las piscinas de los hoteles y campings sólo se podrán llenar si el ayuntamiento les declara “refugio climático” o utilizan agua de una desalinizadora privada

El gobierno catalán ha anunciado las restricciones específicas que impone al sector del turismo por la situación de sequía que vive el destino. Ha aprobado un Decreto ley que estipula un consumo máximo de agua en alojamientos turísticos en función de su capacidad. Ha asignado un umbral máximo por plaza turística para igualar el consumo del turista al consumo doméstico.

El umbral máximo por cliente estipulado va ligado a la graduación de la fase de sequía en que se encuentra en la zona donde se ubica cada alojamiento. Así, serán 115 litros/plaza en fase de excepcionalidad; 100 litros por plaza en la fase de emergencia o emergencia I y 90 litros en la fase de emergencia II. Los hoteles y campings tendrán controles trimestrales de consumo y en caso de excederse se enfrentan a sanciones que van de los 10.000 a los 150.000 euros. La Generalitat ha modificado el régimen sancionador existente por multar el exceso de consumo.

Piscinas abiertas a los vecinos

Sobre la posibilidad de llenar o rellenar las piscinas la Generalitat ha dejado claro que los hoteles y campings sólo tienen dos vías para hacerlo. La primera, -seguir la línea marcada por el gremio de hoteles de Lloret de Mar- utilizar el agua de una desalinizadora portátil privada convenientemente autorizada por la administración. La segunda, acordando con el ayuntamiento la designación de «refugio climático». En caso de estar declarado como «refugio climático» los alojamientos deberán dejar acceder a los vecinos del municipio a la instalación acuática. No queda claro cuáles serían las condiciones de acceso, todo apunta que podría ser con una fórmula de pago de entrada con un coste similar al que se articula en una piscina municipal.

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