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Organismes / Política turística

OPINIÓN: ¿Qué pasa con la Agencia Catalana de Turismo?

Ahora hace dos años, en noviembre de 2007, el Parlament de Catalunya aprobó la Ley de creación de un nuevo organismo público-privado para la promoción turística: la Agencia Catalana de Turismo. Pasado este tiempo, el ente, que todavía no existe, está levantando voces críticas del sector desde todos los ámbitos.

La Agencia Catalana (ACT) es un proyecto pendiente, de aquellos que el tiempo ha ido modulando y madurando hasta tal punto que el aburrimiento y las pocas ganas de tirarlo adelante parece que lo acabarán pudriendo. Representantes de diferentes ámbitos del turismo (hostelería, agencias de viajes, pequeñas y medianas empresas), el Consejo de Trabajo, Económico y Social (CTES) o los partidos políticos de la oposición, que en un primer momento apoyaron la ley de la Agencia (CIU y PP) han manifestado últimamente sus críticas.

Entre los representantes del sector destaca el presidente de la Federación de Hostelería de Girona, Antoni Escudero, quien abiertamente critica el papel que debe tener este organismo sustituto del actual Consorcio de Turismo de Catalunya. Escudero dispara alto y cuestiona el hecho de que la administración haga pagar a las empresas para hacer promoción: “el sector ya paga sus impuestos, que la administración haga la promoción institucional”, declara.

Las agencias de viajes, especialmente ACAV, siempre ha estado vigilante al desarrollo de este organismo. El hecho que esta Agencia Catalana pueda comercializar productos y servicios los ha puesto en alerta en lo que consideran una competencia desleal por parte de la administración. ACAV y UCAVE decidieron trabajar conjuntamente para velar por sus intereses respeto a la ACT. El presidente de UCAVE, Rafa Serra, suavizó la postura de su asociación respecto a este proyecto de organismo durante su intervención en el programa de televisión “El debate de Comunicatur”. Al tratarse de una asociación especializada en el emisor, los efectos de la ACT serían menores y buena parte de las enmiendas que han presentado a la Generalitat han sido aceptadas.

En una línea crítica también se ha manifestado Jaume Marimon, reconocido empresario de la demarcación de Lleida y presidente de la sección de turismo de la patronal de las pequeñas y medianas empresas catalanas -PIMEC Turismo- en declaraciones al periodista Xavier Canalis de Hosteltur: “las pymes no estaremos representadas en la futura Agencia Catalana de Turismo”. El hecho de que la representación del empresariado se vehicule por la vía de las Cámaras de Comercio “significa que las pymes perderemos influencia“.

En línea similar se ha manifestado el CTES, Consejo de Trabajo, Económico y Social, en los diferentes dictámenes que ha realizado, tanto sobre la Ley de creación de la Agencia Catalana de Turismo como del reglamento o estatutos que desarrollan la Ley. El último en sumarse a estos posicionamientos, justo hace una semana, ha sido el presidente de la Diputación de Tarragona, Josep Poblet, quien transmitió su preocupación por el papel que las diversas zonas turísticas de Cataluña tendrán en la Agencia Catalana de Turismo.

El consenso político, roto también

En el capítulo político el debate también ha sido movido. Uno de los hechos más significativos y positivos del proyecto de ACT fue la unanimidad en la aprobación de la Ley, ningún voto en contra. El retraso de la consejería de Innovación, Universidades y Empresa, que dirige Josep Huguet, en tramitar un reglamento que permita poner en marcha el organismo ha sido criticado en el Parlamento. Los diputados del PP, Rafel Luna, y de CiU, Xavier Crespo, han interpelado en diferentes ocasiones a Huguet sobre este retraso y sobre las funciones que tendrá el organismo. El malestar del sector ha llegado a los partidos que también empiezan a cuestionar, la por ahora, No ACT.

¿Y cómo ha podido retrasarse tanto? ¿Y cómo ha podido girarse en contra el propio sector en este tiempo? Los que nos dedicamos a la información turística oímos hablar de esta agencia desde hace dos legislaturas –desde tiempos de Isabel Galobardes, directora general de Turismo- y ahora estamos a menos de 12 meses de cerrar otra legislatura. La aprobación de una Ley y un reglamento no puede tardar tanto. Hay preguntas que necesitan una respuesta por parte de los responsables políticos. Si no, parecería que los gestores públicos o no son capaces de hacer bien el trabajo o utilizan su poder por dilatar las cosas y jugar con los tempos, como aquellos alcaldes aficionados a acumular las inauguraciones justo antes de las elecciones.

Eso sí, en estos años, con la No ACT, el sector las ha visto de todos los colores: temporadas récord de turismo, crisis económica con efectos claros sobre el sector y algún brote verde o luz a final del túnel. Todo un ciclo económico completito sin que la Administración haya podido aprobar un proyecto como este. Cuando lo aprueben, quizás sea tarde. ¿Hablamos ahora de desafección? / por Enric Domingo edomingo@comunicatur.info

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