La Via Blava Anoia ya es una realidad con la inauguración de su primer tramo de 19 kilómetros
Conecta los municipios de Jorba, Santa Margarida de Montbui, Igualada, Vilanova del Camí y la Pobla de Claramunt, siguiendo el curso del río Anoia
Las Vies Blaves Barcelona, uno de los proyectos más ambiciosos de la Diputación de Barcelona, ha quedado inaugurado con el estreno de la Fase 1 de la Via Blava Anoia.
Ha sido la misma presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret, quien ha dado el pistoletazo de salida de un proyecto que empezó hace diez años y que tiene que vertebrar más de 250 kilómetros de cauces fluviales en los ríos Llobregat, Anoia y Cardener.
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En la inauguración de este primer recorrido en funcionamiento, Lluïsa Moret ha querido recordar la importancia global del proyecto asegurando que “es un proyecto trascendente y trascendental, puesto que nos ayudará a recuperar, paso a paso, nuestros ríos, para disfrutarlos y ponerlos en valor. Las Vies Blaves permitirán ofrecer una diversidad cultural, natural, deportiva y turística a los visitantes de todas partes, con recorridos accesibles, pero también sostenibles desde un punto de vista económico y social”.
La primera fase tiene un presupuesto de 5,8 millones de euros y ha contado con una aportación de 4,5 millones de euros provenientes de los fondos Next Generation UE. Moret ha destacado la colaboración de todas las administraciones para hacer realidad el proyecto: “desde Europa a la Conca d’Òdena, pasando por la Generalitat, el Gobierno de España y, por supuesto, la Diputación de Barcelona, que tiene como máxima estar al servicio de los municipios”.
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Precisamente el diputado de Infraestructuras, Equipamiento y Patrimonio Arquitectónico de la Diputación de Barcelona y alcalde de Igualada, Marc Castells, que también ha participado en el acto como presidente de la Mancomunidad de la Conca d’Òdena, ha recordado que el proyecto empezó hace diez años con el sueño “que la gente del interior pudiera ir a pie, en bici e incluso a caballo, hasta el mar”. Castells, que ha sido uno de los grandes impulsores de las Vies Blaves, ya desde su presidencia en la Diputación de Barcelona, también ha dicho que “cuando las cosas merecen la pena, acaban haciéndose realidad”. Para agrandar esta realidad ya se está trabajando en la fase 2 del proyecto, que se iniciará en Martorell y acabará conectando, 46 kilómetros más allá, con el final del primer tramo, en la Torre de Claramunt, pasando por Capellades, Vallbona d’Anoia, Cabrera d’Anoia, Piera, Sant Sadurní d’Anoia, Subirats, Gelida, Sant Esteve Sesrovires, Castellví de Rosanes y Martorell.
Por su parte, el secretario general de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat de Cataluña, Jordi Terrades, ha destacado que “el proyecto Vies Blaves Barcelona es un proyecto pionero en el sur de Europa que servirá para dinamizar las economías locales y el turismo”. Terrades ha señalado que “teníamos ríos muy contaminantes, pero el futuro será poder disfrutar de estos ríos, favoreciendo la recuperación del patrimonio industrial y arquitectónico, así como la biodiversidad”.
Un nuevo producto turístico
La importancia del proyecto va más allá porque reafirma la voluntad de la Diputación de Barcelona para dinamizar turísticamente todas las comarcas de la provincia, generar riqueza y emprendimiento y promover el turismo sostenible y responsable, además de implicar los agentes del territorio a través de la colaboración pública y privada. Todo esto encaja perfectamente con el objetivo de consolidar las Vies Blaves como un nuevo producto turístico adecuado para diversos públicos: senderistas, cicloturistas touring y de paseo, familias, séniores o escuelas. Además, no faltan los atractivos turísticos y culturales. En el entorno de este primer tramo encontramos, por ejemplo, el castillo de Claramunt y el castillo de Jorba, el museo de la Pell de Igualada, el Museo-Molí Paperer de Capellades, el molino de la Boixera o la ermita Mare de Déu de la Sala.
La zona acoge una cuarentena de alojamientos turísticos y más de 60 establecimientos de restauración, así como empresas de alquiler de bicicletas y otros servicios para completar la experiencia del visitante. Además, la Via Blava tiene puntos coincidentes con otras rutas, como el Camino Ignaciano, el camino de Santiago o la Anilla Verde de Igualada.
En colaboración con la Diputación de Barcelona



