El sector de autocares turísticos rechaza el nuevo sistema de control en Barcelona

El despliegue de la futura Zona Bus 4.0, prevista para principios de 2026, ha generado un fuerte desacuerdo entre el Ayuntamiento de Barcelona y las empresas de transporte turístico. El nuevo modelo —que elimina paradas céntricas, limita el tiempo de operación y obliga a reservar previamente a través de una aplicación— es visto por el sector como una restricción que dificulta la operativa diaria en los puntos más visitados de la ciudad.
El desacuerdo se hizo visible en la reunión anual de la FECAV, donde operadores y guías criticaron la iniciativa por considerar que redueix opcions i genera congestió. Según los profesionales, la desaparición de una trentena de paradas i la reducció d’espais disponibles obliga els autocares a circular més estona, creant problemes que abans no existien.
Desde el consistorio, la directora de Servicios de Movilidad, Lídia Torres, defendió que el cambio es imprescindible para evitar acumulaciones, mejorar la convivencia y reducir circulaciones innecesarias. Barcelona —recordó— recibió 15,6 millones de visitantes el último año, y la presión turística fa necessari “un nou model urbà”.
El sector teme también que la reducción de autocares privados derive parte de la demanda cap al Bus Turístic municipal, una pràctica que qualifiquen de competència deslleial. A més, alerten que la nova regulació pot afectar rutes amb horaris rígids o grups que necessiten accés directe al centre.



