Barcelona elevará la tasa turística hasta los 15 euros por persona y noche antes de 2030
La medida, aprobada por el pleno municipal con el apoyo de PSC, ERC y BComú, supone duplicar el recargo local y se suma al gravamen autonómico variable según el tipo de alojamiento

Barcelona da el paso y aprueba el incremento progresivo de el tramo municipal de la tasa turística, que alcanzará los 8 euros por persona y noche en 2029. Esta medida, impulsada por ERC y respaldada por el gobierno municipal del PSC con el apoyo de Barcelona en Comú, se combinará con el impuesto autonómico (IEET), lo que puede llevar el coste total hasta los 15 euros por persona y noche en determinados tipos de alojamientos de alta gama.
El aumento se aplicará de forma gradual, con un euro adicional por año a partir de 2026. Actualmente, la tasa municipal es de 4 euros. Esta subida permitirá alcanzar el tope legal establecido por la normativa catalana. El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha avanzado que la medida se incorporará a la propuesta de ordenanzas fiscales de 2026, que comenzará a debatirse en otoño.
En cuanto al impuesto gestionado por la Generalitat, el IEET, también está previsto que aumente a partir de octubre de 2025, con una horquilla entre 2 y 7 euros según la categoría del alojamiento. Esto significa que, en el caso de un hotel de cinco estrellas, la suma de ambos tributos podrá alcanzar el máximo de 15 euros por noche y persona.
Impacto en el sector y reparto de la recaudación
El consistorio estima que esta medida podría aportar unos 150 millones de euros anuales. Los ingresos se destinarán a reforzar servicios públicos como el transporte, la seguridad, el mantenimiento del espacio urbano y la lucha contra el cambio climático, según ha indicado el gobierno municipal. Además, se contempla la creación de un fondo específico para redistribuir parte de estos ingresos a los barrios más afectados por la presión turística.
Desde ERC, la líder municipal Elisenda Alamany defendió la medida como una herramienta para “repartir mejor los beneficios del turismo” y hacerla “compatible con la vida cotidiana de los residentes”. Por el contrario, Junts per Barcelona se abstuvo, alertando del riesgo de “criminalizar” el turismo, mientras que PP y Vox votaron en contra y calificaron la medida de perjudicial para la imagen internacional de la ciudad.