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Las administraciones públicas, tabla de salvación de Fitur

El Salón Internacional de Turismo de Madrid, Fitur, hace frente a su edición más comprometida de los últimos años, con caídas del 17% en el número de expositores directos y del 13% con respecto a la superficie contratada.

Parece que se acabaron los días de actuaciones de famosos cantantes, de riñas por hacerse con los mejores espacios de exposición, de competiciones entre las empresas para ver quien presentaba el stand más espectacular. Incluso el tradicional "vamos porque tenemos que ir" parece haber pasado a la historia ya que algunas de las grandes compañías turísticas se han desmarcado.

A 24 horas de la apertura de puertas de su 29 edición (del 28 de enero al 1 de febrero) los responsables de Fitur temen que la convocatoria marque un antes y un después en la cita, un referente del sector desde 1981. De momento los presagios no son demasiados buenos, con ausencias destacadas como las de Amadeus, Globalia o Viajes El Corte Inglés.

Son muchos en el sector los que desde hace tiempo critican a Fitur por su progresiva pérdida de orientación profesional cómo, en cambio, sí han sabido mantener ferias como la World Travel Market de Londres o la BIT de Milán o el ITB de Berlín. Pero aun así, en años de bonanza nadie se atrevió a renunciar a su presencia en el certamen como ha sucedido este año.

Los que sí han renovado su incondicional confianza en la feria son las entidades públicas de promoción turística que repiten las inversiones de los últimos años y continúan monopolizando pabellones enteros del recinto de Ifema.

Habrá que ver además, cuál es la incidencia con respecto al número de visitantes, aunque en este caso la mejor vara de medir no será tanto la cifra total si no la calidad y la capacidad de compra o negociación que tengan los que acudan.

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