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El sector opina sobre la tasa turística catalana

La Generalitat de Catalunya quiere recaudar 100 millones de euros con una tasa que grabaría con aproximadamente 1 euro cada pernoctación. El sector turístico se debate a favor y en contra de esta medida confirmada por el propio presidente de la Generalitat.

Artur Mas, presidente de la Generalitat, confirmó en una entrevista institucional en TV3 que la tasa turística va adelante y que el coste por pernoctación, que no desveló, sí que se podría situar en torno a 1 euro. Teniendo en cuenta los datos oficiales de pernoctaciones en alojamientos turísticos de Cataluña, la recaudación podría llegar a los 150 millones de euros. Algunas informaciones periodísticas situarían en 100 millones los objetivos recaudatorios del gobierno catalán.

Las opiniones del sector son diversas, mayoritariamente contrarias entre los representantes del alojamiento. Pero también hay voces que la consideran lógica si los ingresos se destinan a cubrir las carencias que rodean al propio sector, desde las necesidades de financiación de los municipios turísticos hasta el de las propias empresas del sector.

Joan Gaspart, hotelero y presidente de Turismo de Barcelona, asegura que “cualquier tasa sería muy perjudicial y, sobre todo, si sólo se amplica en Cataluña”. Gaspart ha calificado de error histórico su aplicación. En el mismo sentido se ha manifestado Joan Molas, presidente de la patronal hotelera española (CEHAT) o Josep Comaposada, presidente de la Asociación Turística de Apartamentos (ATA).

Comaposada advierte que hay que diferenciar entre el turismo vacacional y el de ciudad. En las grandes ciudades como Barcelona hay “cierto juego” para discutir la implantación de una tasa porque compite con los atractivos de Madrid, París, Berlín, Londres o Nueva York y a unos precios superiores al del turismo de sol y playa. En cambio para Comaposada, el turismo de temporada en Cataluña sigue siendo básicamente de sol y playa con un plus de oferta cultural, naturaleza y gastronomía, donde los competidores son las costas de Turquía, Grecia, Francia, Italia, Croacia, Tunicia o Marruecos. En este caso, “el factor precio es determinante para la gran mayoría de turistas que nos visitan y el efecto de una tasa turística por pernoctación incrementa el precio de la estancia, cosa que nos deja en una posición de desventaja ante de nuestros competidores”, afirma.

Joan Gou, propietario de Viatges Marítim y columnista de Comunicatur, recuerda que en Francia este impuesto hace muchos años que existe. “Es una aportación insignificante para el cliente pero en cambio genera para el país recursos suficientes para afrontar la promoción y algún gasto más”. Gou es partidario de aplicar una tasa: “los turistas que nos visitan pagan por los servicios que se les presta pero no han pagado nunca por los servicios del destino o del país”.

Martí Sabrià, gerente de Petits Grans Hotels de Catalunya y también columnista de Comunicatur, cree que la recaudación de este impuesto debe tener un uso finalista en favor de la promoción turística y que la aplicación de la tasa sería un error si no fuera transversal . “Este es el país con más capacidad de alojamiento sumergido del Mediterráneo”, afirma, y se pregunta si sólo acabarán pagando los hoteles y los pocos apartamentos que son legales. Sabrià declara que “hace años que nos manifestamos a favor de recaudar una décima del IVA consumido en municipios turísticos” y que este importe se distribuya a pastes iguales entre el gobierno y el ayuntamiento.

Por su parte, Marcel Forns, director general de GEBTA España, ha hecho algunas reflexiones sobre la tasa turística para Comunicatur. “El concepto de tasa turística está tradicionalmente vinculado al ámbito municipal, que es dónde se desarrolla y dónde se producen los efectos de la actividad turística. El modelo francés que a menudo sirve de referencia a buena parte de los destinos, es fundamentalmente de carácter municipal, finalista, a la vez que voluntario”.

Para Forns, la creación de una tasa de pernoctación “constituye a priori una alternativa relativamente sencilla de aplicar, que contribuye a solucionar, cuando menos parcialmente, la problemática no resuelta de la financiación de los municipios turísticos sin grabar a los residentes”. “Personalmente -repite Forns– no entiendo la tasa desvinculada de la gestión municipal, que es dónde se produce la actividad, se genera el impacto y se obtiene el ingreso”. Las necesidades de financiación de las administraciones autonómicas o estatales no deberían alterar este principio.

Además, opina que la tasa debe tener una aplicación finalista pero no sólo en términos de promoción turística, sino que “claramente ha de estar planteada también para aplicarse en intervenciones que contrarresten los efectos de la actividad turística en equipamientos y servicios”. “El producto va siempre antes que la promoción”, concluye el director general de GEBTA.

Por último, Marcel Forns asegura que “las tasas vigentes en buena parte de los destinos dónde son implantadas, no pueden ser consideradas un factor que reste competitividad”.

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