Los países empiezan a cerrar sus fronteras a los viajes
La contención del coronavirus COVID-19 se ha convertido en la prioridad de los gobiernos que optan por medidas drásticas que eviten la movilidad de personas entre estados.

El mundo está viendo cómo se extiende la epidemia del coronavirus y los países van tomando medidas de protección que ya coartan directamente la movilidad. Las recomendaciones que lanzan los estados contradicen en algunos casos las indicaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y recomiendan explícitamente no viajar.
La percepción sobre Francia, Alemania y España comienza a converger con las de China, Corea del Sur o Italia. En el momento en el que el Gobierno de España suspende los viajes del IMSERSO en el conjunto del territorio nacional por el coronavirus el mensaje como destino hacia el exterior es claro. Hasta que la situación sanitaria se supere los viajes están condenados.

La OMT reconoce lo obvio: “las restricciones de viaje y las cancelaciones de vuelos y reducción de frecuencia han disminuido significativamente la oferta de servicios de viaje (tanto nacionales como internacionales) mientras que la demanda continúa retrayéndose”.
El COVID-19 se ha convertido en un nuevo riesgo para la economía mundial y la OMT estima que las llegadas de turistas internacionales podrían disminuir entre un 1% y un 3% en 2020 a nivel mundial, por debajo del crecimiento del 3% al 4% que estimaba a principios de enero. Estas previsiones parecen optimistas si se tienen en cuenta que la afectación del coronavirus impacta directamente sobre los principales destinos y mercados emisores turísticos del planeta: China, Francia, Italia, España.



