El caso de Penelles: cómo generar un atractivo turístico para revitalizar un micropueblo
Los murales pintados en los edificios se han convertido en un reclamo que atrae a visitantes y curiosos los fines de semana

Cada año, miles de personas se acercan al pequeño municipio agrícola de Penelles (Lleida), atraídas por sus murales. La primera pintura fue la imagen de Lo Tato, un vecino del pueblo ya fallecido. Actualmente, ya hay más de 150 murales de gran formato en las fachadas de sus edificios.
Esta particularidad ha convertido a Penelles en un municipio interesante, que llama la atención de los visitantes por su combinación de mundo rural y arte urbano. Hace diez años se inició el festival Gargar, de arte rural, que hoy en día es un referente nacional e internacional de muros pintados por artistas de todo el mundo.
Un pueblo de apenas 450 habitantes atrae a más de 35.000 turistas anuales. El interés turístico ha impulsado la apertura de nuevos negocios complementarios y ha revitalizado económicamente el municipio. Antes de situarse en el mapa turístico, no tenía ni siquiera una tienda, pero con tanto movimiento ya cuenta con establecimientos de restauración y comercio minorista.