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Especialización en enoturismo: el Turismo de Reuniones

La realización de reuniones de pequeño formato se plantea como una fuente de ingresos complementaria a la actividad enoturística convencional, permitiendo rentabilizar algunos espacios.

El segmento de demanda mayoritario del enoturismo en España es el familiar, principalmente sin hijos (29,0%) y el grupo de amigos (32,0%)1. Aunque en otras regiones enoturísticas la visita a bodegas representa una entrada relevante de ingresos, como es el caso de Florencia o Napa Valley2, la media española es inferior1. Como respuesta a los escasos beneficios que genera la actividad comparado con el resto de destinos enoturísticos mundiales, la satisfacción de los empresarios vinícolas españoles respecto a la actividad enoturística no resulta ser muy elevada (43% grado de satisfacción medio y 8% grado de satisfacción bajo )3. Por otra parte, aunque la naturaleza del recurso no implica una estacionalidad concreta (de hecho la primavera y el otoño son las dos épocas con mayor volumen de visitas en España) los fines de semana y puentes siguen siendo los momentos claves de la actividad, por lo que, en parte, sí tiene un cierto componente de concentración temporal en fines de semana. Si a estos rasgos diferenciales del enoturismo español le sumamos el crecimiento de la oferta, el hecho de especializarse en un determinado segmento de demanda se convierte en una estrategia básica para diferenciarse e incrementar la competitividad de la bodega.

En el sector se habla cada vez más del maridaje entre el enoturismo y el turismo de eventos. GEBTA, grupo de agencias especializadas en la gestión de viajes de empresa, es una entidad defensora de este binomio. De hecho algunas bodegas de referencia ya están incorporando este servicio en su cartera de productos. El turismo de eventos es un concepto muy amplio, también llamado turismo MICE que incluye las reuniones, los viajes de incentivos, las convenciones así como otros encuentros con una clara motivación laboral. Dada la realidad de las bodegas de la provincia de Tarragona (dimensiones pequeñas), el artículo analiza experiencias de iniciativas que están optando por realizar reuniones de pequeño formato, cuáles son los beneficios a obtener y los posibles canales de comercialización de este producto.

Perfil del turista de reuniones

Las características de este turista pueden beneficiar a la oferta enoturística de la provincia por diversos motivos. Es una actividad que se desarrolla de lunes a viernes, opuesta a la actividad enoturística de los fines de semana y puentes del cliente del Área Metropolitana de Barcelona. Tiene una demanda potencial ubicada en la región urbana Tarragona-Reus, situación que reduce el coste de las actuaciones en comunicación y facilita su contacto directo, además de la posibilidad de ofrecer los espacios a empresas situadas más allá de las comarcas de Tarragona . Este cliente dispone de un poder adquisitivo medio y medio-alto, está acostumbrado a realizar reuniones y puede valorar como un elemento innovador la celebración de eventos en un entorno diferente al habitual. Además, las posibles actividades complementarias posteriores (cata de vinos, visita a la bodega, actividades entre viñedos) pueden transmitir un cierto prestigio, a la vez que pueden servir para dinamizar equipos de trabajo, lo llamado team building. La mayor parte de las bodegas disponen de una estructura que puede asumir esta nueva modalidad de demanda, como salas de cata u otros espacios similares. Uno de los puntos fuertes de la oferta son los propios valores derivados de la actividad vinícola: el entorno natural y el aislamiento del ámbito urbano aportan una tranquilidad que puede convertirse en uno de los valores diferenciales de las bodegas para este segmento. Además, algunos de los handicaps, como la falta de conexión a Internet o los problemas con la cobertura de móvil, pueden llegar a ser un atractivo más, potenciando un tipo de reuniones que fomenten esta desconexión.

Los beneficios para las bodegas son diversos: el aprovechamiento de espacios infrautilizados, la generación de ingresos complementarios a la producción de vino y a las visitas enoturísticas, la ya llamada desestacionalización, la buena imagen de la empresa o la promoción que se realiza de la bodega, por su oferta vinícola y enoturística, entre otros. Y es que la asistencia a una reunión puede derivar en una futura visita enoturística con la familia o en la compra de botellas de vino.

De pequeñas salas a grandes complejos

El grado de adaptación y de especialización en este segmento es diverso y puede abarcar desde pequeñas modificaciones de las salas de bodegas, construcciones de espacios específicos, como en el caso del espacio Entre Vinyes de la Bodega Avgvstvs Forum, hasta la construcción de grandes complejos en zonas vinícolas, donde se habilitan espacios para congresos y convenciones destinados a grupos más grandes, como es el caso de Can Bonastre, La Boella o el Peralada Wine Spa & Golf. Como ejemplos de pequeñas bodegas que ofrecen esta posibilidad encontramos las Bodegas Sumarroca, la Bodega Abadal o las Cavas Vilarnau, espacios singulares que el Barcelona Convention Bureau promociona para la celebración de pequeños actos. Otros destinos también optan por este aprovechamiento del espacio. Un ejemplo lo encontramos en el ente gestor de la ruta de la DO Ribera del Duero que destaca en su web 16 bodegas vinculadas al turismo de reuniones.

La comercialización también variará en función de la dimensión empresa¬rial de la bodega, de la existencia de una persona responsable de la gestión de eventos o del volumen de reuniones a asumir, entre otros. Según Eventoplus, la fórmula más utilizada por las bodegas españolas (un 60%) es una mezcla entre la gestión individual y la gestión a través de agencias de viajes especializadas, dependiendo de la dimensión del evento. El 14% trabaja siempre con agencia de viajes, mientras que el 26% realiza siempre una gestión interna del acto. Por ejemplo, Bodegas Torres ha creado un área específica de enoturismo y eventos. Una última vía para comer¬cia¬lizar estos espacios serían los Organizadores Profesionales de Congresos (OPC).

A pesar de la diversidad de eventos, las dimensiones de las bodegas tarraconenses darían respuesta a reuniones de pequeño formato. La proximidad del cliente potencial, en algunos casos, facilitaría un contacto directo, no siendo estrictamente necesaria la contratación de intermediarios. Además, las nuevas tendencias de los viajes de empresa (desplazamientos cortos, a poder ser sin pernoctación, reuniones más austeras), se ajustarían a la realidad de la oferta enoturística de la provincia de Tarragona.

Fuentes consultadas:
1 ACEVIN, Oleada 2010. España.
2 Great Wine Capitals (2011). Great Wine Capitals Global Network. Market Survey 2010-2011. Financial Stability and Viability of Wine Tourism Business in the GWC. EEUU.
3 Según el Observatorio enoturístico, Alicia Estrada

-Boletín ‘Tendencias Enotur’ número 2 correspondiente al primer cuatrimestre de 2012 editado desde el Parque Científico y Tecnológico de Turismo y Ocio por parte del Consorcio para la Mejora de la Competitividad del Turismo y el Ocio de las comarcas de Tarragona en el marco del Plan de Refuerzo del Enoturismo en las comarcas de Tarragona (CENOTUR) con la cofinanciación de la segunda convocatoria del FEDER Eje 1 y de la Diputación de Tarragona.

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