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El turista chino: deseado, híper conectado y exigente

El turista chino es cada vez más uno de los principales objetos de deseo de los operadores turísticos catalanes. El potencial de crecimiento de este mercado es excepcional, pero los turistas procedentes del gigante asiático que llegan a Cataluña siguen siendo una porción residual de los 80 millones de chinos que cada año salen de vacaciones fuera de su país. Seducir a este público exigente e híper conectado a la red es una asignatura pendiente, y las diferencias culturales son el principal escollo a la hora de conseguirlo.

Expertos y empresarios del sector acostumbrados a la realidad china perfilaron algunos de los pasos a seguir para atraer a este público durante la jornada de innovación en promoción turística organizada por la escuela de hostelería y turismo CETT en el marco del Salón Internacional de Turismo de Cataluña (SITC).

Uno de los primeros factores a tener en cuenta es la devoción de los chinos por Internet y las redes sociales. Uno de cada tres turistas de China confía en la opinión que leen en la red para elegir el destino de sus vacaciones. Y no lo hacen a través de las plataformas occidentales como Twitter o Facebook, sino a través de las redes sociales chinas, como RenRen, WeChat o Tencent QQ Weibo. El empresario que quiera dirigirse a los chinos lo deberá hacer creando un perfil en estas redes.

Y no sólo las redes sociales son diferentes a las occidentales. La distancia física de más de 5.000 Km. se triplica en el plano cultural. La primera barrera al acercarse a China es el idioma. Contar con trabajadores que puedan atender al turista chino en su propia lengua, así como con indicaciones adaptadas, es un activo muy importante que hará sentir más cómodo al visitante. Las costumbres culinarias también son un factor a tener en cuenta. Detalles simples como incluir verduras y comida china en el desayuno o facilitar un calentador de agua en las habitaciones para hacer té, puede cambiar la valoración que el cliente hace de su estancia en un hotel.

Las diferencias culturales también deben tenerse en cuenta a la hora de promocionar el destino. La oferta de sol y playa que tan bien funciona en países como Rusia o Alemania, por ejemplo, tendrá un escaso efecto en China, donde huyen del bronceado, ya que lo consideran un símbolo de la clase baja. La naturaleza y el aire puro, así como la posibilidad de hacer compras en tiendas de lujo, son los reclamos más buscados por el turista asiático.

Adaptarse a estos rasgos característicos del turista chino es básico para captarlo y también para lograr que se vaya satisfecho de sus vacaciones. El Índice de Reputación Online IRon, que elabora la consultora Vivential Value, concluye que “el visitante procedente de China es más exigente que otros mercados emergentes o consolidados” en este aspecto. El confort de los hoteles es lo que peor valoran, en contraposición con el personal, que en la última edición del estudio recibió opiniones positivas en el 40 % de los casos.

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